A mal tiempo, buena cara...

Ibiza, 4 de octubre, 15:00h. Lluvia torrencial, viento, niebla: vuelo atrasado. Me dispongo a facturar la maleta. En el mostrador de Spanair, Silvia, alta, rubia y simpática. Hablamos sobre el trabajo, el tiempo, las playas, Ibiza y Barcelona. Finalmente coloca en mi maleta el distintivo de destino junto con una etiqueta roja que pone “priority”. “¿Y eso?”, le pregunto. Y ella me responde: “Porque es usted un caballero”. // Pasan las horas y finalmente embarcamos en el avión. Para mi sorpresa, encuentro mi asiento okupado: “Perdone señorita, pero creo que está usted sentada en mi asiento, es el 14F”. Me mira y me responde algo inaudible. Prácticamente en el acto aparece una azafata con intención de resolver la situación. Pero la chica okupa se rebota y de muy mala gana se levanta y dice: “Es que si no estoy en el asiento de ventana me mareo!”. Le respondo que no tengo ningún problema en cambiar de asiento, pero que eso no son maneras de decir las cosas. Se sonroja. Minutos mas tarde y ya en pleno vuelo, el capitán anuncia turbulencias. No tardan en aparecer… ¡Y vaya turbulencias, parece que estemos en una montaña rusa! De nuevo, la chica okupa me mira, se disculpa y me dice si puede cogerme del brazo, tiene miedo… Yo me duermo. // Finalmente aterrizamos en Bcn. Mi maleta, la primera en salir, me acuerdo de Silvia. Más lluvia. Opto por ir a buscar el tren de cercanías. Compro el billete; anuncian entonces que se ha suspendido el servicio de trenes, serán sustituidos por autocares. Lamentos. Al poco rato una chica tropieza conmigo y se le caen unos papeles. Se los recojo y me da las gracias. Hablamos. Esperamos el bus. Hablamos. Rubia, de Venezuela y trabaja en Estocolmo. Llegan los autobuses y la pierdo de vista. Finalmente, consigo colocar la maleta en el portaequipajes del bus y subo al mismo. Me había guardado un sitio a su lado. Reímos y hablamos. Finalmente llegamos a Sants Estació. Le acompaño hasta la parada de metro. Me despido y le pregunto:”¿Tú nombre?”. Madeleine. “¿El tuyo?”. Jesús. “Sabía que eras un ángel”. Y me besó. Volé.