Factor X ha saltado a la parrilla televisiva. Otro reality con supuesta moralina que sigue el rastro que ha dejado el exitoso Operación triunfo. Podríamos hablar otra vez de un "más de lo mismo"? Sí y no. El concepto básico es el mismo, hacer de un don nadie una estrella de la música, pero el formato aporta un nuevo concepto que son los "tutores". Los miembros del jurado no son ahora gente supuestamente imparcial que valora las aptitudes de los artistas sinó que forman parte del concurso en sí mismo. Ahora cada uno de los artistas está apadrinado por uno de los jurados/profesores y ellos son copartícipies de su victoria o derrota. Con ello vemos comentarios como el de Miki Puig que según sus palabras "trataba de intimidar a una cantante" a sabiendas que era la gran rival a batir.
En fín, todo esto para contar mi gran teoría que a pesar que todo parezca inventado, al final un pequeño cambio en el enfoque puede cambiar dramáticamente el resultado del impacto. Aplicado a lo que nos interesa, y eso va sobretodo por Albert, mentalizémonos que ligar o no no depende en gran medida de cómo somos sinó de cómo sabemos proyectarnos. Y a veces un pequeño cambio de enfoque puede llevarnos directos a las puertas del éxito. Ahí queda éso.
2 comentarios:
En cuanto al tema del programa. Me parece bastante perverso que los miembros de un jurado sean al mismo tiempo los mentores de la gente a quien juzgan.Viva la imparcialidad!En estas circumstancias el voto de un jurado se convierte en la compleja decisión: "Yo voto al mío".
Por otro lado. Ya sé lo de la proyección. Desgraciadamente aún no he conseguido encontrar la que guste a las chicas. O, tal vez sea así, las proyecciones de las que soy capaz tienen un público con el que, por razones desconocidas, no entro en contacto a menudo.
Sea como sea sigue la pertinaz sequía (com m'agraden aquestes paraules que sempre van juntes! dura jornada, merescudes vacances, adorable velleta,etc..)
Compañeros,
Leo y me doy cuenta de que hay algo en el ambiente que no me acaba de agradar. Es algo intangible pero que por lo visto, nos pesa como una losa. Últimos, nosotros, sí nosotros, curtidos en mil batallas, con alguna victoria y cientos de derrotas a nuestras espaldas, no nos tenemos que desanimar, y menos antes de batirse contra el enemigo; no tenemos derecho a decaer si no es pidiendo permiso!!
Efectivamente, uno ha de mepezar siendo uno mismo, luego ha de tener un poco de jeta y vender su mejor lado (lo de la proyección); pero no es necesario comerse la cabeza continuamente, todo llega, y se que lo que estmos buscando llegará. Veréis como de aquí poco, lejos quedarán esos tiempos en los que salíamos a guerrear...
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